Recuerdo hace 33 años cuando para celebrar mi magnífico examen de fisiología vegetal, me compré el primer cactus de mi colección. Probablemente no me costaría mas de 5 pesetas.
Sólo sabía de ellos acerca de un aspecto del que me había examinado: su especial manera de hacer la fotosíntesis. Desconociéndolo todo acerca de su cultivo, en una era pre-internet donde la única fuente de información se encontraba en las bibliotecas. Allí rastreé muchos libros, la mayoría en ingles, y fue donde aprendí los primeros conocimientos del fascinante mundo de la familia botánica de los cactus.
Muchos años después habiendo atesorado una gran colección en un jardín de cactus, te das cuenta de que la globalización del comercio y el acceso a la información por medios digitales, lo ha cambiado todo. Además, parece como si por fin estas plantas han pasado de ser exclusivas de “frikis” coleccionistas, para engalanar con sus formas trasgresoras el interior de hogares y oficinas con los ejemplares mas bellos y exclusivos que se encuentran actualmente en el mercado.
En la sociedad actual, donde buscamos “hacer menos y obtener más”, los cactus y otras plantas xerofíticas se convierten en aliados perfectos porque son especies fáciles de cuidar y de escaso mantenimiento. Y de repente se encuentran cactus no solo en los viveros y centros de jardinería, si no en mercadillos y en la salida de cajas de grandes superficies.
Quiero compartir con vosotros las razones por las que encontrareis en el mercado una gran disparidad de precios en la oferta que rodea a los cactus y otras plantas suculentas tan de actualidad en el presente.
La familia botánica completa de las cactáceas al completo esta incluida en el Apéndice II del Convenio Internacional de comercio de especies de fauna y flora amenazadas (CITES). Existiendo una 130 especies de cactus que están incluidas en el apéndice I de CITES.
Cuando una planta se encuentra en el apéndice I, significa que se encuentra en peligro de extinción y que su comercio desde las zonas de origen está totalmente prohibido a no ser con fines científicos. El Apéndice II incluye plantas que no se encuentran necesariamente en peligro de extinción, pero cuyo comercio es controlado para evitar una utilización incompatible con su supervivencia.
El Convenio de Comercio CITES autoriza a la propagación artificial de estas especies a través de productores locales en sus lugares de origen a quienes se les autoriza a recolectar semillas o material vegetal. La legislación es muy rigurosa y estricta para las especies en peligro de extinción. Y luego existen los viveros productores distribuidos por todo el mundo que autoriza CITES localmente e individualmente para realizar la producción de plantas del Apéndice I, que deben de abastecerse de semillas de los productores CITES también autorizados.
Los productores con registros autorizados de CITES, Apéndice I no llegan a 10 en toda la Unión Europea. Solo existe en este momento un vivero con acreditación CITES I en España, que es CACTUS AGROIDEAS en la Región de Murcia.
Cualquier especie de cactus que sea CITES I que se comercialice en Centros de jardinería, viveros comercializadores o floristería y tiendas ONLINE debe de acreditar en etiqueta identificativa que procede de este vivero o cualquiera de los otros que tenemos en Alemania, Italia, Republica Checa, etc.
La ley en España es muy estricta y el Código Penal Español en su articulo 334.1, donde castiga con penas desde SEIS meses a DOS años de prisión por COMERCIO o TENENCIA de especies protegidas.
A menor velocidad de crecimiento, más altos son los precios en el mercado. No hace falta explicar el por qué, pues es obvio que un vivero productor necesita menos inversión en tiempo e insumos para desarrollar plantas de rápido crecimiento.
Asi por ejemplo, son muchos los coleccionistas que buscar tener un Saguaro en sus manos, pero esta especie (Carnegia gigantea) cuando se propaga por semillas en Europa puede tardar tanto en tener un tamaño aceptable para ser identificado como tal, que los precios se acaban disparando, ya que su oferta esta muy limitada.
Muchos somos los que hemos dicho al menos en alguna ocasión: “lo compro pequeñito porque me gusta verlo crecer”. Y en verdad se nos han puesto los dientes largos cuando hemos visto ese mismo ejemplar con mayor tamaño, pero nuestro bolsillo no ha podido permitírselo en ese momento.
Lo cactus y suculentas que se ofrecen en el mercado en formato de pequeño tamaño en maceta de 5 a 8 cm muchas veces no han mostrado los caracteres morfológicos definitivos de estas plantas cuando alcanzan la madurez. Espinaciones, floración e incluso la forma definitiva no se conoce hasta que estas especies no alcanzan los 5-6 años.