Si tu cactus tuviera asegurado de una manera constante la satisfacción de todas sus necesidades de agua, luz, temperatura y nutrientes estaría siempre en continuo crecimiento.
Eso es lo que les pasa a muchas plantas que viven en el Paraíso. ¿Y donde esta el Paraíso? Pues, por ejemplo, en lugares como la Selva de la Amazonia. ¿Te imaginas? Lluvias abundantes todo el año, luz constante a piñón fijo de 12 horas cada día del año, temperatura cálida constante. Las plantas perennes allí no paran de crecer. Ahora, el desierto ya es otro cantar.
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